Páginashttp://letramaya.blogspot.com/search/label/documentos%20administrativos%20y%20empresariales

miércoles, 16 de abril de 2014

¿Por qué es importante la mediación de un libro técnico, administrativo o académico?

     

     

      Por: M.Sc. Emilia Fallas
     Lingüista/asesora editorial
     editoresmaya@gmail.com

    La primera buena práctica y enfoque de todo escritor debe consistir en la comprensión cabal  de que su quehacer es, indiscutiblemente, un acto comunicativo. Esto significa que hay un acto intencionado y  consciente del autor al publicar  un texto, y su interés será transmitir lo escrito a otras personas (lectores).

   La dirección editorial de un libro o documento contempla,así, el apoyo al escritor, no solo para cuidar minuciosamente los detalles de forma, coherencia y cohesión textual, sino también identifica si el discurso del texto y la forma de escritura lograrán llegar realmente a los lectores: si el texto será comprendido por un sector de receptores limitado o más amplio; esto con el fin de redirigir el discurso; o sea, de hacer una mediación del texto.

     Un ejemplo de una edición simple, sin mediación y dirección editorial sería la publicación de un libro técnico (de derecho, medicina o ingeniería, entre otros).  Usualmente textos como estos son escritos desde la perspectiva únicamente técnica de y para un sector muy restringido de lectores del gremio; sin embargo,  es posible que esa misma información podría ser útil, aplicable e incluso necesaria para otro sector; sean estas as organizaciones públicas o privadas, otros profesionales que no son del campo, pero que sí están vinculados con el tema en proyectos y trabajos interdisciplinarios; incluso puede ser útil a sectores de población (en forma directa o indirecta): organizaciones comunales, gremiales o la población general vinculada de alguna manera con el tema.

     La mediación de un texto técnico, académico o administrativo, entonces tiene la intención de 
  •  hacer un texto comprensible para una población lectora más amplia y diversa;
  • sistematizar los contenidos del texto que sean relevantes, necesarios y aplicables a un sector más heterogéneo;
  • organizar las ideas de manera para una lectura más sencilla; y, aunque fuera solo para un sector más técnico o restringido, no por estar dirigido a un sector especializado, habría que complicarle la lectura al lector. La organización textual indica la calidad del texto y la misma organización que el autor tiene de las ideas.
    Un texto siempre requiere mediación; sea esta de índole
  • pedagógica: para formación/aprendizaje de los lectores;
  • editorial: para la organización del texto; y por tanto, se logrará una mejor recepción y comprensión.
    Con la mediación, entonces, es posible acercar el discurso a las necesidades de los lectores: es posible cambiar la complejidad de un texto técnico, académico o administrativo en un texto simple y compresible para todos; o bien lo contrario: dentro de la misma complejidad de un texto ordenar la información de manera que logre su cometido: transmitir clara y puntualmente el contenido y objetivos para lo que, en principio, se elaboró el texto.

    Los mapas conceptuales, imágenes, cuadros, figuras, entre otros elementos gráficos, también pueden ser incorporados en un texto como una herramienta de mediación; siempre que la información sea coherente y bien organizada respecto al texto. Estos elementos gráficos son muy útiles para textos dirigidos a usuarios o clientes de una organización; o bien, para textos reproducción masiva (a población general o comunitaria).




miércoles, 9 de abril de 2014

¿Cómo convertir una buena tesis en libro o artículo?

    

**  Emilia Fallas 
     Lingüista/editora

    Muchas tesis de grado  obtienen la nota máxima. También, muchas veces el tribunal evaluador recomienda que la tesis sea publicada como libro o un artículo. Igual sucede con investigaciones que son muy significativas, pero que, del ámbito académico, no pasa: nadie más se entera.

     La publicación de una tesis no significa la impresión de la tesis como está terminada, aun cuando esté impecable. El autor debe tener ciertas consideraciones para realizar  la conversión de una tesis en un texto publicable. Por ejemplo, hay que considerar aspectos como los siguientes:


  • Una publicación ya no va dirigida solo a un selecto grupo académico o muy especializado, sino que la intención es llegar a una población mayor.  La idea es que la información pueda ser leída en muchos ámbitos más. Esto requiere de una sistematización del texto, reescrito con un lenguaje más universal, sin perder los elementos técnicos.
  • Dejar la tesis como está no tiene sentido, pues así, las personas interesadas las podrán buscar en las bibliotecas universitarias. Ese no es el propósito de una publicación, sino acercar el discurso y el contenido a más personas.  En otras palabras que la investigación sea más práctica y utilizable por otras personas que no están en el ámbito académico.
  • Para hacer más práctico el documento, hay que resaltar aquellos elementos, métodos y resultados que puedan ser más utilizables por los posibles lectores. El discurso debe estar centrado en lo relevante: lo que le interesará al lector, pero no en el proceso propio de investigación de la tesis, pues eso solo es relevante en el ámbito académico.
  • En resumen, podemos decir que el propósito de una publicación de de una tesis o una investigación es socializar la importancia de los resultados y que ello sirva para el aprovechamiento de una población mayor, sea profesional o a sectores de la población.
Adicionalmente, el texto debe pasar por todos los procesos para la publicación: edición, diseño de portada y tipo de libro, diagramación, revisión de artes finales e impresión del libro.

Si desea más información, dirección o asesoría editorial para publicar sus trabajos de investigación, consúltenos sin compromiso.

editoresmaya@gmail.com
fmconsultoressa@gmail.com
www.editoresmaya.com
Skype: emilia.fallas
 





lunes, 6 de enero de 2014

¿Cuándo demasiado bien o demasiado mal?

  • El idioma es dinámico y
    siempre unido al pensamiento:
    importa primero la idea 
      ** Emilia Fallas
  •  Lingüista
  •      editoresmaya@gmail.com

  •    El uso de la palabra "demasiado" se ha extendido con un uso generalizado. Aprovecho una publicación que circula con el ejemplo
  •                   "te quiero demasiado",
  •     y aclara, que decir eso, es lo mismo que decir "te quiero más de lo necesario o conveniente". Sería mejor decir "te quiero mucho".
  •      Así, es común escuchar que la palabra "demasiado" está mal empleada o no es correcto su uso.
  • Es importante aclarar lo siguiente:
  • 1) La palabra demasiado tiene dos funciones gramaticales, como adverbio y como adjetivo.
  • 2) En el caso de su función como  adjetivo, según el Diccionario Panhispánico de Dudas,  significa "que excede de lo necesario o conveniente’ y se antepone siempre al sustantivo, con el que debe concordar en género y número: «Me pregunto si no habrás leído demasiadas novelas» (Ferré Batalla [P. Rico 1993])". 
  •     Como ven en el ejemplo que usa la RAE, el sentido que tiene "demasiado" en la oración (semánticamente) está bien empleado; por ejemplo, en una oración ampliada como
  •               " vivís en un mundo irreal; me pregunto si no habrás visto demasiadas novelas de televisión"
  •     En esa función, el uso de "demasiadas" es correcto: gramaticalmente, un adjetivo que modifica a un sustantivo y expresa un significado coherente en la idea total de la oración.
  • 3) La función como adverbio modifica a un verbo o a un adjetivo. Nos dice la RAE que
  •   la forma demasiado es invariable y significa ‘excesivamente’: «Tu tío Genaro fuma y habla demasiado» (Díaz Neruda [Chile 1991]); «Las orcas son demasiado inteligentes para caer en la trampa» (Geo [Esp.] 6.95). Cuando, como adverbio, se antepone a un adjetivo, no debe concordar con este, puesto que los adverbios son invariables: «Hay personas que tienen síntomas, pero estos no son demasiados incómodos» (Mundo [Esp.] 13.2.97); debió decirse demasiado incómodos. Hay contextos en que delante de un adjetivo puede darse un uso concordado (como adjetivo) y no concordado (como adverbio) de demasiado; pero en cada caso el sentido del enunciado es diferente: Tiene demasiadas malas costumbres [= tiene un número excesivo de malas costumbres]; aquí demasiado modifica en bloque a malas costumbres y debe concordar, como adjetivo que es, con el sustantivo costumbres; frente a Tiene demasiado malas costumbres [= tiene costumbres excesivamente malas]; aquí demasiado modifica únicamente al adjetivo malas y, como adverbio que es, debe permanecer invariable. Hoy no es propio del habla culta y debe evitarse interponer la preposición de entre demasiado y el adjetivo o adverbio al que modifica: «En la moto se viene demasiado de bien» (SchzFerlosio Jarama [Esp. 1956]).
    Diccionario panhispánico de dudas ©2005 . Real Academia Española © Todos los derechos reservado
        Entonces,  veamos que decir "demasiado inteligente", "demasiado linda", "demasiado tonto", "demasiado fea", etc., no son formas que gramaticalmente sean incorrectas, pues  "demasiado" es un adverbio que modifica al adjetivo, en estos casos.
  • Semánticamente, tampoco es incorrecto, si es coherente con la idea. Veamos dos ejemplos:
  • i. Esa niña es demasiado inteligente para estar en primer grado; debería estar, por lo menos, en tercer grado.
  • ii. Esa casa es demasiado linda para estar ubicada en ese barrio

    Así,  cuando hablemos de idioma, no es conveniente ver la regla con un "uso aislado", sino que hay que ver su función dentro del lenguaje.

    Sí es cierto que hay usos en la jerga popular que distorsionan el discurso y el sentido; o bien, provocan un sentido inconveniente.  Por ejemplo, es común, en la jerga juvenil actual, ver la generalización de la palabra "demasiado" para cualquier uso y se cae en los excesos y formas  innecesarias o incorrectas. Por ejemplo, si le dice a una muchacha que es  "demasiado bonita" (así solamente), le estaría diciendo que es  "bonita con exceso"; o sea, más bien le da un significado negativo (semánticamente): que se pasó  (una connotación exagerada).

El consejo  con el idioma es "piense bien lo que está diciendo" ;-)